sábado, 5 de septiembre de 2015

Ironman Vichy 30/08/2015

Anuncio junto al río
Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…. Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo….. 
Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…. Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…..

Remanso de paz y tranquilidad. Estoy trasladándome horizontalmente. 
Privilegio de poder deslizarme en el agua.

Demasiada harmonía. Procesamiento instantáneo de carencia de estímulos y el cerebro decide interesarse por lo que ocurre en el exterior. Realizo apoyo en abdominales y tenso las lumbares, arqueo la espalda y elevo la cabeza por encima del líquido elemento. Rugido de motores. Colores rojos. Silbatos. Colores marrones. Golpes de agua. Verdes. Aplausos. Gritos. Ruido. Mucho ruido.  Lío. Mucho lío. Sistema nervioso acelera de cero a mil cual Fórmula 1. Apenas hay capacidad de procesamiento.

- Amarillo, joder Pablo, busca amarillo. 
No lo capturo. 
- Enfoca Pablo, enfoca a cientos de metros. Busca esa maldita boya. 

Impaciente, nervioso, subo un punto de tensión muscular en el core, lumbar y espalda que me posibilita alzar la cabeza unos milímetros más.

- La tengo.  Boya identificada.
- Ahí está. Todo según plan. Vamos rectos. 

Proceso inverso de apoyos y tensión de músculos que me devuelve la cabeza al agua. Paz. De nuevo paz.

Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…. Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…..

Natación en Vichy. Gorros azules, salida previa a la mía
Bueno, pues ya estamos aquí. En Vichy. En un puto Ironman, voy pensando. Otra vez. No quería dejarme llevar y tenía como propuesta personal intentar un medio ironman por año, pero en éste pasó un tren para poder hacer un full, y allí me monté. No era un año de condiciones. No lo eran, no. Sólo Lucci y yo lo sabemos. Muchos proyectos de todo tipo y mucho Willy Fog. Pasado de revoluciones. Pero he aprendido que las condiciones no es que sean o no sean. Las condiciones se buscan. Y si hay ilusión, cabeza, corazón, cojones y persistencia se suelen encontrar. Y eso de tener las condiciones óptimas ya se lo dejamos a los profesionales. 

Siempre se puede. Gran lección de vida de Ironman Lanzarote 2013. Si sabes escuchar, el destino te va poniendo en el camino grandes mentores, casi siempre anónimos o (semi)desconocidos. Éste fue uno de los que me marcó. Supongo que la carencia de contexto, conocimiento sobre ti o simplemente ausencia de cualquier interés produce que esas píldoras de mentoring sean de 24 quilates. Pomada. Caviar beluga.

En Vichy
Y así he ido, media semanal de vuelos de 6 horas, varios picos por encima de 15 horas en el aire, trabajando a destajo con multitud de retos incomprensibles a ojos ajenos, ni siquiera con la gente que sí entiende el modelo de negocio que ejecuto. Países con idiosincrasias de índole muy diferente a la que estoy acostumbrado que han puesto en estrés, e incluso en tela de juicio, mi capacidad de análisis y toma de decisiones. Y la falta de comprensión ajena y de poder desconectar cuando debo y me toca me ha encabronado a ratos a límites insospechados.

Y al mismo tiempo entrenando y compitiendo. Esto me mantiene vivo. La temporada ha ido pasando con los medios de Zarautz y Vitoria, pruebas concentradas en dos semanas que me pillaban en festivos oficiales en donde vivo, disfrutadas con el gran Araújo y nuestras familias. 

Con Araujo. Medallas Ironman Lanzarote 2013 y Ironcat 2012
En esta ocasión no hay llantos de “pobrecito que condiciones más duras”. Al contrario. Me lo he pasado de globos con la preparación. Cada entreno ha sido un elemento motivador. Que son las 8.30 AM, porque he aterrizado a las 2.00 AM y he decidido que no me iba a levantar a las 4.30 AM como habitualmente los fines de semana, pues 3:30 de rodillo con todos los W metidos, las series largas y suputamadreenbicicleta. A ver si tengo cojones a aguantarlo (palabras mágicas). Disfrutando entrenos de rodillos, de cintas de hoteles, de piscinas de longitudes variables. Disfrutando mucho. Superando el reto. 
Es lo que hay.
Las condiciones se buscan. 

Situación habitual. Trabajando en festivo pero liado con alguna historia "urgente" sin tiempo ni a quitar casco. Diferente semanal laboral con HQ sucks.
Rodillo en casa
Como se ha desarrollado este viaje a Vichy es un fiel reflejo de cómo van estos meses. Semana de vacaciones teórica desde lunes. Descarga de tapering en condiciones tenía pensado. Dormir 8h cada día. Desconectar mentalmente del estrés y poner focus en la gente que me quiere y con la que paso menos tiempo del que me gustaría. Preparación mental para la competición y para el acelerón que le voy a meter al cuerpo. Por los cojones, va a ser que no. No puedo, toca viaje sí o sí. Pues nada. 3 días antes de competir estoy a varios miles de kilómetros, durmiendo poco y con un estrés considerable. Miércoles vuelos + escalas de 13.5 horas. Llega a Madrid. Recoge familia. Coge coche y sin dormir a Vichy. Siempre es igual, algo parecido pasó en Zarautz y Vitoria.
Es lo que hay. 
Las condiciones ideales ya se las dejamos a los profesionales, como debe ser.

La cabeza deja de navegar por la vida que me toca últimamente y vuelve a la competición, donde tiene que navegar sin sentido metafórico.

Lucci, a orillas del río donde nadaríamos al día siguiente
Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…. Agarro. Tiro. Empujo. Desliiiiiiiiiiiizo…..
Natación a dos vueltas (1900 m aproximadamente cada una) con salida australiana. Sin más cansancio del previsto termino la primera vuelta. 

- Voy a ver el tiempo.
- Miro al garmin
- No hay garmin
- Tropiezo con el de delante, lo esquivo y sigo corriendo
- Ah, no sé que tiempo he visto.
- Miro al garmin
- No hay garmin, se quedó en el río para los restos.
- Me cago en su puta madre.

Garmin descansa en este río para los restos
Cambio de planes. Paciencia estratégica. Por el momento me lanzo de nuevo al agua. Ahora qué leches hago. Adiós a ver ritmos, adiós a W medios, adiós a velocidad, adiós a distancia, adiós a voy-a-ver-cuanto-me-queda. Me preocupa la bici, la carrera a pie no tanto porque en Ironman el maratón no hay ritmos que valgan, es algo mezcla de autoconocimiento-supervivencia-experiencia.

Agarro. Tiro. Empujo. Ya no deslizo tanto. Estoy enfadado. 
- Paciencia Pablo.

Bombardeo de estímulos en la toma de decisiones. Dibujo mental de diagrama de análisis:

- Usar strava -> OK, puede ser
- No, no tengo móvil -> KO
- Pedir a Lucci mi móvil->OK Puede ser. 
- Lo tendrá configurado -> ¿?
- Strava en tiempo real hace falta configurar?? -> ¿? Nunca lo he usado.
- Pedir a Lucci su móvil que ella lo usa en tiempo real -> Puede ser.
- Miedo a descalificación por ayuda externa -> Puede ser
- Mandar a Lucci a Decathlon de Vichy a comprar Garmin -> Puede ser
- Parar y configurar Garmin en la orilla de la carretera -> Puede ser pero tiempo
- Tendrá batería si es nuevo-> Puede ser que no…
- Podrá Lucci llegar al Decathlon con las carreteras cortadas por la competición-> Puede que no

Y así miles de preguntas sin ver ninguna opción clara. Ordeno y tomo decisión.

Voy a ir pelo.
Como los de los viejos tiempos. 

Salida del agua en el medio ironman de Vitoria. Otro escenario. Concentración y tensión
Un ironman sin ningún dato. Perfecto. Me descojono yo sólo. En ultraresistencia hay que estar preparado para todo. Voy pensando que esto es como ir llevando una unidad de negocio sin ir viendo la cuenta de resultados mes a mes. No, no, mucho peor, es sin ir viendo ni el P&L ni la caja. Sí, eso es, sin tener ni puta idea de nada. Ir tomando decisiones de gasto, de personal o de inversión sin tener ni puta idea de nada. Gestionar por intuición. Eso es, voy pensando. Es como que cada mes vas pagando las nóminas de la gente sin saber si tienes pasta en la cuenta, y quedas en espera de si el financiero te manda un mail diciendo que no hay fondos o si directamente no te dice nada y asumes que las transferencias han pasado. Buena metáfora. Voy descojonado nadando. Voy a ir compitiendo sin saber si voy tomando decisiones de subir o bajar intensidad que me van a dejar vacío el cuerpo (la cuenta sin saldo) o sin embargo voy demasiado suave (genero caja y no hago las inversiones ni incurro en los gastos que debería para seguir creciendo o llegar a objetivos).  Vamos a por el malabar. Sonrío. Paradoja del destino. Hoy es mi día y no me para nadie. Como procuro hacer en otros ámbitos de la vida, una vez tomada la decisión no hay vuelta atrás ni hueco a la duda , a muerte con ella, a morir, coño. No me para nadie. Impulso de adrenalina y hormonas de la felicidad.

Ya sólo quiero que pase el agua. Están las distancias marcadas en boyas cada 500m. Paso la de 3000m. Segunda vuelta he ido descentrado y me da igual.  Ya no he buscado rebufo de pies buenos, he ido casi todo el rato sólo, a lo mío, pensando en mis cosas. Esto no termina nunca. Por fin llego. Salgo. Ni idea de tiempos, pero estoy de buen humor. Caerse y levantarse. Tomarse las cosas como vienen, voy pensando. Estoy aquí porque yo quiero.

Quitándome ya el neopreno descojonado de la situación.
Al coger la bolsa y quitar el neopreno en la tienda miro la hora de un francés de al lado que lleva un polar y calculo que he nadado sobre 1:12-1:15, bueno lejos del 1:05 de Lanzarote pero todo OK.

Recien salido de la T1. Todo aún por pasar
Montado ya en la bici y a rodar. Disciplina que más disfruto. Saliendo del complejo deportivo hasta enganchar la carretera el camino es malísimo. Debo llevar 4-5 minutos montado la bici. Cojo un bache monumental….

CATACROKER!

Llantazo contra el suelo. Estruendo. Creo que he pinchado. Miro y parece que no, la rueda va bien. Menos mal, que susto. Recompongo y sigo. Vaya, el cambio trasero va haciendo ruido, me dispongo a coger el acople de la cabra donde va el cambio para ver que pasa y el acople se mueve hacia atrás y se va al aire, suspendido y colgando del cable de cambio. Paro. Análisis de daños. Manillar partido. Más que manillar se ha partido el brazo que sujeta el acople, por lo que éste va al aire. Bueno, está sostenido por una brida que me sujetaba el portabidones al acople, por lo que no tiene movimiento lateral, pero totalmente suelto hacia delante y atrás. Además efecto colateral en el cambio trasero, ya que el cable que va por dentro de ese acople ha perdido la tensión y el cambio no opera y hace mucho ruido.

Acople derecho volantero y sujeto por la brida del portabidón

Me hundo. Le pego una patada a la zipp 404 delantera. Lloro. Lloro de rabia incontenida. La bici está inoperativa. Mi amiga Fuji D6 me ha dejado tirado cuando más la necesitaba. Tiro la bici al suelo, me siento en el bordillo de la carretera y maldigo. La vida no para de mandarme señales que piden un cambio de rumbo inminente.  Maldigo más. No puedo más, que le den por el culo a todo. Sí, le dan por el culo a todo. Me hago hippie. A tomar por culo. Me derrumbo. Éste era mi jodido día. Era mi semana y no he podido. Pero sólo quería un puto día. Sólo un puto día. Lo grito y lo lloro. Muchas lágrimas. Rabia. Ira. Impotencia. Desilusión. Frustración. Todo el puto rato corriendo de aquí para allá. Si es que no se puede, así no se puede. Ganas de pegar.

Viene la gente del público a consolarme y no estoy de humor para nadie. Me levanto. ¿Ahora qué. ¿Me retiro o qué narices hago? Me monto en la bici pero el cambio va haciendo mucho ruido. Mala señal. Me bajo, muevo la ruedecilla de la tensión, levanto la bici por el sillín y voy dando pedales con la mano y moviendo la ruedecilla hasta que deja de hacer “mucho” ruido”. Debe ir la cadena en la corona del 13 o del 15, voy muy atrancado. Sí, debe ser eso, voy pensando, con la carencia de tensión el cambio se va a posición de reposo (piñones pequeños).

Subiendo atrancado como puedo. Clavando talón y metiendo rodilla izquierda. Rezando para que no se mueva el acople y tener que parar. Dolor.
Vamos a ver si puedo sobrevivir al menos unos kilómetros y ver sensaciones. El acople va fijo lateralmente por la brida del portabidones. Solo falta fijarlo hacia delante y atrás. Eso, y que no se parta la pobre brida. Si no  cambio piñón no hace ruido. Bien, pues a tirar toda la bici del ironman con el 13 dientes. Tengo solución. Ahora falta ver si soy capaz de implementarla 175 kms que me quedan. No hay cabeza que manda claramente retirarse, no hay corazón que está hundido entre llantos, ahora sólo quedan cojones. Cojo el manillar de la derecha en posición no aero (cerca del freno), me acoplo en el izquierdo y con la mano izquierda sujeto el acople izquierdo y me traigo el acople derecho para sujetarlo también con esa mano izquierda. Faltan huevos a tirar toda la bici así, me voy diciendo. Llevo todo el peso en el lado izquierdo del manillar por lo que me cuesta mantener la dirección. Pasan algunos kilómetros, me voy adaptando y cada vez tengo más equilibrio. Voy pensando en nuestra perrita adoptada, que fue atropellada en la A6 y tras toda la noche tirada con las 4 piernas rotas se aferró a la vida y ahora es una super-feliz perrita de 3 patas (no consiguió salvar una). Si ella pudo adaptar, por qué no yo…. 

Cuasimodo. Manillar derecho cogido normal, brazo izquierdo acoplado enganchando los dos acoples para no perder tensión. Se aprecia un ligero escoramiento a la izquierda. Posición infernal para muchos kilómetros.
Así, cuasimodo y su maltrecha bici llegan al km20. Cosas de los machacas de fondo, pienso: -Pablo lo has hecho 20 kilómetros, solo te falta hacerlo ocho veces más hasta el 180. Chupado. Esto está. Me creo esa realidad en la mente. Medicina cuántica.

Soy un miura rabioso y recién pinchado, empiezo a pasar a gente. La experiencia me dice que en este punto de ironman es cuando te sientes fenomenal y es precisamente cuando hay que contenerse. Pero ni idea de velocidades ni ritmos porque no tengo garmin. A posteriori veo que debía ir volando. Si pudiera agarrar los dos acoples con cinta aislante para que no se muevan he triunfado. Creo que llevo el tubular sujetado con cinta aislante. Rezo para que así sea y reutilizar esa cinta para sujetar el manillar. Me bajo, miro. No, otro día será, me parto. Paro cada 10 ó 15 kms a reajustar todo. Cada vez que paro salgo como perro rabioso. Incontrolable. Recibo dos datos de velocidad de dos señales de rádar de dos pueblos, el primero marca 39 y luego 40 (no sé cual de las dos a mi) y el segundo 38… voy pasado, ritmos de medio ironman o superiores… Bajo intensidad un poco. Voy buscando y preguntando si hay servicio mecánico en algún punto del circuito pero nadie sabe. Un juez se me acerca y me dice si voy bien y por qué la bici hace ruido, solo le digo I’m OK, I’m OK, I’m OK… se va, gracias a Dios, he pasado miedo por si no me dejaba continuar por seguridad de mis compis y mía al llevar la bici así. No me para nadie hoy. Es mi día.

Desde izquierda aparenta postura normal. Nada más lejos de la realidad.
Hacia el km 80 me empieza a doler el dorsal y trapecio izquierdo y la espalda en general. Postura no aclimatada. Llego al 90. Bieeeen! Punto mecánico!!. Voy contento como si me acabara de tocar la lotería, llego. Dos bombas y un juego de allen. Busco, pregunto (no hay nadie). Tape, tape, I am looking for tape (sigo pensando en la cinta aislante para unir los dos acoples). Recibo un “ne pas” o algo así. Que les jodan, me largo.

Señal de Km 120, el dolor empieza a ser insoportable. La posición me está matando. Km 140, agonía, ya no me acoplo. La bici hace todo tipo de ruidos pero ya me da igual. No agarro nada. Sólo pedalea y sigue. Me duele todo el tren superior sobre todo, pero el inferior ya empieza a mandar también señales que conozco y sé peligrosas. Pero sólo me quedan 40 kms. Del 140 al 180 me dejo llevar. Estoy fundido y asado. No creo que pueda correr. Sólo pienso en llegar al 180 y tirarme en una sombra. Km 160, sólo quiero que termine este infierno, no puedo más. Estado de ánimo a flor de piel. Emoción a ratos y esas cosas químicas que se disparan cuando haces larga distancia y vas sufriendo mucho. Me pasan millones de gente. 

Llego al km 180. Lo he hecho, he llegado con la bici rota. Pero estoy vacío (posteriormente vería que haría la bici a más de 31, con todas las paradas a cada rato y con la mala postura una salvajada para mi nivel. Sería una buena velocidad a condiciones normales y óptimas y sin paradas).

Primer encuentro con Lucci. Primera vuelta de la maratón. Gran alegría.
Suelto la bici y ando. Hace un buen rato que no me entra bien ni comida ni bebida, consecuencia del desgaste. He debido ir muy pasado. No creo que pueda correr. Transición triste aunque rápida, no me entretengo, y salgo a trotar. Cosas del entrenamiento, parece que corro bien fresco. Ni idea de ritmos ni de tiempo en carrera. En el km 6 me encuentro a Lucci, que me dejo en línea de salida debía hacer unas 7 u 8 horas:

- Vas muy bien!! Me dice.
- No sabes el día que llevo, y me derrumbo otra vez.

Intento explicarle el calvario pero no articulo. Emoción a flor de piel. 

- No pares tira, me dice.
- No si ahora voy bien, le digo, lo peor pasó (qué inocente era).

Segundo encuentro con Lucci. Ya en km 15 aprox.
“Correría” hasta el km 16 ó 17, de repente sin darme cuenta estaba andando. Sensación constante de ganas de vomitar y mareo. Resto de carrera caminando a ratos y corriendo a otros. Me he vaciado en la bici y me ha cerrado el estómago. Toma de decisiones en cada avituallamiento… intento comer sin vomitar… porque como no coma me voy en barrena al verde, sitio hacia donde ya estoy yendo poco a poco, ya que tengo gastado y estoy gastando bastante más de lo que estoy pudiendo comer.  -Ésta es la última, no quiero sufrir más. No no, no es sufrir, es agonizar. Sí, dejo esta mierda, lo dejo, se acabó el triatlón - voy pensando aún siendo consciente de que mañana ya estaré apuntándome a la siguiente.

Dolor
Ando, corro, pasan kilómetros, lentos, muy lentos. Quemazón de suela de pie. Me paro debajo de un árbol, me siento, vienen los médicos a ver mi estado, los veo llegar, me levanto y me voy corriendo: “no me paréis, por favor, me ha pasado de todo hoy”. Viene Lucci, caída del cielo, como siempre cuando más la necesito está. Se sienta conmigo brevemente, me quedan 6-7 kilómetros y comentamos sentados, pasan algunos minutos de carrera, da igual, intercambiamos opiniones rápidas de la vida, nuestras vidas, del destino, de saber leer señales, de dejar de vivir para futuribles, de vivir el presente y alejarse de los muchos que dan la murga constante con el “ánimo pronto cambia todo” que es lo que se lleva en esta sociedad en todos los ámbitos. Sistemas creados para alienar población. Por otro lado sistemas educativos obsoletos (o perfectos, depende desde qué lado del sistema mires). Hace tiempo decidimos vivir el presente. Pero cuesta implementarlo cuando no riges tu vida 100% en todos los ámbitos. No más carrera de la rata. 

Enfilando meta. Volando
Entre tanto, en esta sentada me ha pasado un gel al estómago y el cuerpo lo agradece, prácticamente llego corriendo (lento) los kilómetros que quedan a meta. No alzo las manos ni celebro, simplemente cruzo. Bici y maratón infernales. Infernales. Sonrío. 12h:38m. Luchadas. Finalizadas. Bastante más de lo que esperaba, esta prueba me ha podido. 


En meta


Ya pasó Pablo, ya pasó
Sea como sea el Ironman es una institución y hay que estar preparado para todo. Eso es la esencia de esta prueba y de este estilo de vida. Adaptación constante a circunstancias. No es sólo tu entreno y tu estado físico de forma. Va mucho más allá. De algún modo u otro sensación de que Ironman me puede, me bate. Pese a todas las circunstancias. No hay excusas que valgan. Circunstancias luchadas. Circunstancias finalizadas.

Llegada al hotel. 
Millones de whatasapps. Familia, amigos triatletas, amigos no triatletas. Os sentía a todos ahí. 
Millones de gracias.

Siempre!