Arrancamos
otro fin de semana de competición, y como no, Murphy’s Law, reunión de trabajo
el viernes arrancando a las 8.30 y terminando sobre las 18.00 por lo que tenemos
que viajar más tarde de lo que me hubiera gustado. Bueno, no pasa nada,
competimos el domingo así que podemos llegar a Málaga de madrugada, como acabaría
siendo.
Al día
siguiente, el de precompetición, amanecemos temprano, sobre las 7.30, será la
buena costumbre de salir a entrenar pronto con mis grandes amigos Fonsi y
Migueliño del comando tachuela; tras el desayuno pertinente, cojo la cabra y me
echo a la calle a cumplir con el entreno (si es que se le puede llamar así a lo
que me ha puesto el mister hoy, que más que nada es para probar que la bici va
bien y quitar un poco de estrés). Sólo me he traído el casco de contrarreloj y
entre eso y la cabra con las tapas lenticulares puestas voy siendo señalado
mientras voy saliendo de la ciudad. Llego al paseo marítimo y empiezo a ver
otros triatletas con cabras probando el circuito. Voy rodando pegado al mar y
tengo que controlarme porque se me dispara la adrenalina y me pongo a 30 largos
casi 40 km/h y enwatiado (como diría Migueliño) de forma muy fácil. Acabo los
40 minutos de rodaje precompeti con un triatleta francés comentando por donde
leches nos volvemos al hotel.
Ducha
rápida, paso a recoger el dorsal y directos a la playa a ver el circuito de natación y hacer los 10
minutos de nado que me ha puesto el mister y que me dejan con unas ganas de
nadar de verdad tremendas (de eso se trata hoy). Lucci se queda con el perrito en un chiringuito muy simpático
a la orilla del mar, donde acabaríamos el día comiendo sardinas y calamar a la
brasa y disfrutando de la playa que tanto echamos de menos en nuestro día a
día. Por la tarde metemos la bici a boxes y a cenar al Ménsula, gran
recomendación de Triker, otro gran amigo triatleta ex-compi del club y
malagueño.
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Movilidad Articular previa a unos 10 minutillos de mar |
Llega
el domingo. Nos levantamos temprano. Estoy tranquilo. Desayuno según plan y
además tomo hierro, vitamina C y magnesio efervescente, ritual de estos últimos
días. Miro a Lucci que sé que no le gusta que tome suplementación y me devuelve
una sonrisa. Qué buena es y qué suerte tengo de tener una mujer tan perfecta
para mi, pienso. Puede haber problemas de aparcamiento y tenemos que viajar de
vuelta después de la competición, así que llegamos temprano para aparcar bien. Está
todo vacío, sólo un pringado y tres cámaras haciéndose fotos a la orilla de la Malagueta.
Nos acercamos paseando al perro y resulta ser Antonio Banderas –oye, qué viejo
y qué poca cosa- , me dice Lucci, yo me descojono.
El pringado resultó ser Antonio Banderas.... |
Se va
calentando la atmósfera, abren boxes, reviso la bici, buena presión de los
tubulares, ninguna piedrecilla clavada, me despido de la fiel compañera de
carbono, me enfundo el neopreno, alguna
foto, caliento la natación y a cámara de llamadas. Somos unos 600 en salida
única. La primera boya está a unos 300m. Fijo va a haber leches por todos lados
en ese giro. Música a toda leche. Pelos de punta. Corazón bombeando duro. Besos
a Lucci. Flashes. Paratriatleta preparado en el agua. Empujones. Miedo. Gritos.
Aplausos. Gafas a los ojos. Juez delante de salida. Speaker gritando. Juez se
mueve. Más miedo. Más empujones. Bocinazo. No sé como pero ya estoy en el agua
nadando. Explosión de liberación. VAMOOOOOOSS.
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Concentración en la salida |
Como
siempre algún puñetazo pero ya sé que pasa pronto. Intento navegar bien y van
pasando las boyas. Un montón de competidores se han saltado la primera bolla
con todo el barullo. Yo a lo mío. Recuerdo el ritmo medio percibido que debería
llevar y así voy “percibiendo”. Pasan
las boyas y llego a la arena tras poco más de 2 kms, y sin desgastarme mucho.
Nada más tocar arena miro el reloj y marca 34 minutos y algo, esperaba hacerlo
mejor pero bueno. Queda mucho por delante. T1 muy larga. Llego a la carpa, me
quito el neopreno, me pongo el gorrocóptero a toda leche y corriendo a la bici.
Veo boxes bastante más llenos de lo que esperaba, bastante gente en el agua
todavía, no vamos tan mal. Salto a la cabra y a pedalear.
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Cual espermatozoide.... |
Los
primeros 15 kms no soy capaz de bajar los W a la zona que quiero, será por la
transición y los nervios. Voy pasando algún pelotoncillo de gente.
También me pasa algún avión. Miro el
garmin y me dice que voy a 38-40 km/h y zona 5. Toca relajarse sí o sí. Por fin
encuentro mi hueco en carrera, entro en zona 3 baja de W según previsto y por
ahí me mantengo hasta el final. El circuito de bici lo han montado muy mal. Ya
lo sabíamos pero pillaba perfecta en fechas para Lanzarote. Circuito de 15 km
de ida, 15 km de vuelta con 3 vueltas y un solo carril por vuelta (y así salen
los 90 kms). 600 tíos ahí dando vueltas dan lugar a pelotones y a gente no
respetando el No Drafting. Intento ir por la izquierda para adelantar en varias
ocasiones y no chupar rueda y el adelantamiento del pelotón no es fácil. Al
final una juez se mosquea porque no puede pasar por la izquierda con la moto y
me dice que me ponga a la derecha, y le digo que lo intento pero no hay hueco.
Como le he vacilado amenaza con sacar amarilla (nunca digas no a un juez) pero
finalmente se va a por otros (vamos todos igual, es muy difícil circular a
ritmo). En la segunda vuelta engancho a mi amigo David del Tri Camaleón, que es
una bestia nadando (ha salido delante con algún pro) y además un bestia en
general. Me da subidón; voy bien, le he recuperado. Le paso y le grito “vamos
putaaaaaaaa” y se pone detrás. Luego me pasa, le dejo ir delante unos minutos y
finalmente tiro adelante. El resto de la carrera me la paso en bici a tirones,
volando cuando voy solo y frenando cuando llego a peloton tal vez doblado. Es
un infierno adelantar pelotones, me pone casi a tope de watios. Detrás de ellos
tampoco voy cómodo porque me noto lento y es difícil dejarle el hueco. Así voy
tirando adelantando y siendo adelantado a ratos y termino los 90 kms teóricos
(88.98 kms según mi garmin) en torno a 34 km/h (34.8 km/h según mi garmin y
33.4 km/h según organización que ha medido 85 km??).
Ahora
sé que es cuando empieza la carrera. Media maratón por delante en fatiga.
Suelto a la fiel compañera y le doy las gracias por no haberme fallado con
algún pinchazo o problema mecánico (en la primera vuelta vi a Iván Tejero con
la lenticular pinchada justo en el punto de giro) y tiro con el casco de alien
puesto a la carpa como dijeron en el briefing. Desenfundo el casco y me pongo
las saucony kinvara a toda leche y a correr se ha dicho. Justo en la transi miro
el reloj y llevo 3:15 de competición; si todo va bien tengo el sub5 horas a
tiro. Viene la gran sorpresa del día. Estoy muy fresco. Empiezo a correr como
si acabara de salir de casa y estuviera calentando. Las sensaciones son las
mejores de mi vida en un tri. Eso sí, me deben faltar sales porque noto que si fuerzo
mucho llevo las piernas que me van a empezar con calambres, así que, por si
acaso, decido beber mucho iso y comer plátanos y ser conservador en la primera vuelta. Así
ando dos pasos en los avituallamientos a beber 2 vasos de iso (y porque no me
da tiempo al tercero) y medio plátano (me doy cuenta de que debo ir bien porque
en mi vida me había podido meter algo sólido en la carrera a pie de un tri). Entre
todas estas me pilla otra vez David que no me debió perder la vista en la bici;
él fue atleta de 800 y tiene marcas de 35 en 10k, vamos que sabe lo que es
correr. Me pasa y le dejo dos zancadas por delante unos minutos. Me veo bien,
lo alcanzo, hablamos, un par de risas, me encuentro fino, y le digo “tío, voy a
tirar un rato” y me voy adelante de nuevo. A los 20 minutos corriendo se me va
la amenaza del calambre de la cabeza y me noto hidratado. He ido hasta ahora
rodando a 4:40 min/km y empiezo a subir ritmo. Quiero ir en torno a 4:2X min/km
y lo voy consiguiendo. Van pasando vueltas, estoy muy arriba, cada vuelta me
crezco más. Paso el 10000 por debajo de 45 y sin sufrir demasiado. Bien. Toca
apretar un poco y aprieto. Veo a Dani, hermano de David que va hacienda su
carrera, le pego un cachete, le animo y tiro adelante. Paso a mucha gente, yo
llevo ya 2 ó 3 pulseras y hay mucha gente comenzando a correr que voy pasando.
Llevo un ritmo de crucero muy bueno. Finalmente doy la última vuelta, me deben
quedar unos 3 kms para los 21 y tiro para meta intentando seguir subiendo ritmo
(al menos era la sensación, pero por tiempos a posteriori veo que lo que pasaba
era que no lo bajaba). Oigo la meta al fondo y llevo 1:29 en la media, -sí que
he mejorado en carrera a pie este año- pienso. Estos últimos metros son de reflexión, me
acuerdo de la periostitis con la que acabé la temporada pasada , y que superé
gracias a Juanvi de Althea Fisioterapia, otro
fantástico amigo triatleta que me ha soportado sesión tras sesión y que
la ha gestionado de forma inmejorable además de médicamente también
psicológicamente.
Encaro
meta, veo el reloj en 4:45 y algo, pienso que he cumplido con creces en esta
preparación pre lanzaroteña. Busco a Lucía, derecha, izquierda, no la veo, pero
bueno, estará despistada. Estoy eufórico. Señal de victoria, músculos tensos,
grito de rabia positiva y de soltar tensión acumulada y subidón. En la
organización me dan 4:46:08 y la media en 1:30:06 (parece que está mal medida y
el garmin me da 20.40 kms). He cumplido el 4:2x min/km que me marqué a mitad de
carrera a pie como media y sobradamente soy sub5 horas.
Por fin
veo a Lucci, estoy muy contento, casi emocionado, recojo camiseta finisher y
demás frikismos que me encantan y de vuelta a casa con los objetivos cumplidos.
Tiempo final: 4:46:08. El sacrificio, la constancia e ilusión que me ha inspirado Ibit sin
que él lo sepa, trae su resultado. Tengo por delante las
semanas de infierno en la preparación del Ironman de Lanzarote, así que a
concentrarse y a seguir toca.